lunes, 15 de abril de 2013

"Insistamos en la acción y en la memoria, porque esta inundación tiene su pasado y la lucha por narrar otra historia es presente".


 10 días de la inundación en La Plata, 10 años de la de Santa Fe

Por Andrea Raina.
 ¿Pueden los afectados volver a la “normalidad”? ¿Podemos volver a nuestras actividades naturalizando las muertes de los vecinos, la destrucción de hogares y la irresponsabilidad política?
La naturalización conduce al olvido y por tanto a la repetición de la historia y en este caso no como farsa sino nuevamente como tragedia. 
2 de abril: el día conmemora una tragedia y comienza a configurar otra. La guerra de Malvinas fue considerada por el CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) como una de las tres tragedias políticas y sociales principales que atravesó nuestro país desde mediados del siglo XX. Entran en la lista, la dictadura militar y el atentado a la AMIA. En los albores del siglo XXI, sumamos a este cuadro la inundación ocurrida en Santa Fe en el año 2003. 
A diez años de ella y a diez días de la inundación en La Plata, ¿cómo no pensar en los paralelismos y la repetición de la historia? 
Estos primeros momentos se actualizan en la memoria de quienes atravesamos el antecedente catastrófico de la inundación en Santa Fe. Hasta ahora, la misma ausencia de los gobiernos y la desidia estatal marcan un presente que es pasado. Palabras que algunos volvemos a oír, comienzan a ser parte del lenguaje cotidiano platense: en primer lugar las muertes y los números -como si fuera “menos catastrófico” sostener oficialmente que se trata de medio centenar de víctimas fatales o como si les implicara menos responsabilidad el haber parado de contar-; los evacuados y su desamparo desde la noche del martes; la ayuda y solidaridad organizada, las brigadas y los centros de donación pintan el cuadro de esta ciudad capital.
La organización conmueve, sobrepasa la reacción y la capacidad estatal. Aún hoy los afectados y todos nos seguimos preguntando ¿dónde está la respuesta estatal? 
Las donaciones llegan de todo el país y son las organizaciones sociales, políticas y civiles junto a los cientos de ciudadanos que se sumaron, quienes continúan llevando la tarea de centralización, relevamiento de las zonas afectadas y distribución. 

Esta tarea urgente ha absorbido la última semana, pero cabe que nos detengamos un momento y nos preguntemos ¿qué viene ahora? ¿cómo seguimos? 
Aunque sea una frase hecha, en estos días se han dado demostradas pruebas de que la organización es la fuerza y, por ello, pensar cómo nos afirmamos frente a las circunstancias es trascender lo inmediato y convertirlo en necesidad. 

“En principio, ningún fragmento de la realidad puede ser visto en forma aislada y tampoco los individuos y sus experiencias”, como escribió Adriana Falchini en la revista Rojo y Negro. Se trata de que la acción organizada, como afortunadamente hemos visto, siga adelante con una insistente memoria. Tal vez la experiencia santafesina no fue suficientemente transmitida fuera de la localidad -o los procesos deliberados de destrucción de la memoria social triunfaron en parte- y ahora con la fuerza de una correntada se actualiza para recordarnos que los sectores dominantes continúan abonando por un modelo donde la vida, la salud, la educación, el trabajo y la cultura quedan en último lugar ante la preeminencia de los negociados de todo tipo.

¿De quién es el problema de la inundación?
Si no asumimos que se trata de un problema integral de la sociedad, de un modelo instalado tanto en la ciudad como en la provincia y en el país entero, seguiremos encontrando analogías de destrucción ya no cada 10 años sino cada año, cada mes, cada día… 
No podemos dejar que el avance de la irresponsabilidad y la corrupción política continúen si se trata de un sistema que no queremos. No son catástrofes naturales, son tragedias políticas con responsables de toda jerarquía: responsables de imprevisión primero, de abandono de persona luego, de desidia y corrupción en general.
Insistamos en la acción y en la memoria, porque esta inundación tiene su pasado y la lucha por narrar otra historia es presente. Leer

Reflexionemos sobre cómo hoy se aplaude desde la izquierda a: “los procesos deliberados de destrucción de la memoria social”, de naturalización de la "tragedia política" y de ninguneo de la responsabilidad de gobiernos y estados:  

La justicia en debate
Por Ulises Bosia En una nueva muestra de su capacidad para dirigir el curso de la vida política nacional, el kirchnerismo volvió a marcar la agenda del debate público al relanzar sus proyectos de democratización de la justicia. (…)
Una primera conclusión nos conduce a valorar positivamente el debate que se abre sobre la democratización de la Justicia, sin embargo es muy difícil creer que las medidas propuestas logren alcanzar ese ambicioso cometido. En el fondo, no parece coherente creer que una sociedad caracterizada por una enorme desigualdad pueda tener una justicia democrática sin poner en cuestión sus estructuras sociales. Leer


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