domingo, 17 de junio de 2012

I. Sepamos que la masacre de campesinos en Paraguay se da en medio de un intenso acaparamiento de tierras y semillas que lidera Monsanto


Comunicado del PCPS contra la masacre de campesinos
UNA MASACRE QUE NO DEBE QUEDAR IMPUNE
El grave problema de la concentración de la tierra, la corrupción del aparato judicial y policial, provocaron hoy una nueva masacre en la historia de la lucha campesina en el país, en Campo Morumbi, distrito de Curuguaty, en tierras usurpadas en décadas pasadas por el empresario Blas N. Riquelme.
La cifra inicial es de 17 muertos y cerca de 100 heridos, pero la violencia sigue en la zona con consecuencias impredecibles. El Partido Convergencia Popular Socialista (PCPS) exige el cese inmediato de la represión y de la violencia de todo tipo y lamenta profundamente las muertes de campesinos y policías, todos ellos hijos de la pobreza y de un sistema injusto.
Todo lo que ha ocurrido hoy en Campo Morumbi pudo haber ocurrido meses atrás en Ñacunday, una provocación para justificar una represión en masa que favorece a las fuerzas políticas conservadoras que apoyan a los poderosos tenedores de la tierra y de la riqueza en el Paraguay, una trampa para intentar desestabilizar al país
¿Qué objetivo tiene generar una situación de enfrentamiento en las condiciones actuales en que se desenvuelven las organizaciones campesinas? No hay justificativo ni explicación alguna para una situación como la que se ha ocurrido en Campo Morumbi que dejará huellas imborrables en la historia de la lucha por la tierra en Paraguay
Todos los responsables de ese hecho demencial deben ser procesados y castigados.
¡NO MAS MUERTES EN LA LUCHA POR LA TIERRA!
Asunción, 15 de junio de 2012.
DIRECCION NACIONAL
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Análisis Estructural del Crecimiento Económico Paraguayo

Viernes 9 Septiembre 2011 
 EL “DESARROLLO” PARAGUAYO
El índice de desarrollo muestra un crecimiento macroeconómico en el Paraguay del 14,5% en el 2010, lo que representa un crecimiento record en nuestra historia. Sin embargo a pesar de este hecho, la situación para la mayoría del pueblo no ha cambiado mucho.
Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de la dgeec*, la pobreza en Paraguay en el año 2009 era de 2.191.000 personas lo que equivale un 35% de la población total del país, que en el mismo año contaba con 6.273.103 personas en total. En el año 2010 la pobreza aumentó  a 2.195.586 personas, lo que corresponde el 37%. Es decir, el año de nuestro mayor crecimiento económico la pobreza también creció.
También podemos analizar el desarrollo económico en relación con la creación de empleos para la gente. En el año 2009, sobre 4.830.009 personas en edad de trabajar, 1.932.003 estaban desempleadas, lo que corresponde un 40% de desempleo abierto. En el año 2010, sobre 5.028.575 en edad de trabajar, 2.262.858 no lo hacen, por lo tanto el desempleo aumentó al 45%. Hay que decir también que de las 2.765.717 personas que trabajan, 792.476 pertenecen al empleo informal, lo que habla significa que el subempleo representa el 29% del mercado laboral en el Paraguay. En una economía que no genera empleo, sino que por el contrario va dejando a la gente fuera de la economía, y que no reduce la pobreza sino que la aumenta, indudablemente aumenta la brecha de desigualdad entre las mayorías marginadas y los grupos minoritarios que sí crecieron.
¿Pero cómo se da esta contradicción en la economía paraguaya? Podemos encontrar la respuesta en la distribución de la tierra, ya que sabemos que las principales fuentes de divisas (la soja y el ganado) descansan sobre este recurso. (…)

CONCLUSIÓN
Después de 18 años del Censo Agropecuario 1991 al censo del 2008, ya estamos a tiempo de hacer balances. La concentración de las tierras sigue aumentando, y surge la duda sobre si hasta cuándo el “modelo paraguayo” es sustentable.
La tierra en pocas manos, la soja por sobre los alimentos, el ganado por sobre los cultivos. Este es el perverso modelo que sustenta el Estado paraguayo. El cuadro de expulsión que es persistente y sistemático, hizo perder más de 400 mil hectáreas a los pequeños propietarios, en tanto que en los mismos 18 años los grandes propietarios del agronegocio ganaron 9 millones de hectáreas. Esto categóricamente puede llamarse la política de Estado del “Hood Robin”: sacar tierra a los pobres para darle a los ricos; el testimonio de una innegable injusticia. Como sabemos, Stroessner agudizó el cuadro de retroceso del estado en disponibilidad de tierras para los pequeños productores. Y durante 20 años de “democracia” el cuadro persiste, a pesar de la tenaz lucha del movimiento campesino.

* Datos recopilados de la Dirección General de Encuestas Estadísticas y Censo


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